No acostumbro a viajar con mucho equipaje. Me gusta ir ligera, me da más sensación de libertad. Coger lo realmente necesario, el corazón latiendo a más no poder y a disfrutar.
Aun así, el botiquín no puede faltar. Con el peque no me la quiero jugar y a veces un pequeño remedio es suficiente para evitarnos horas de espera en algún centro médico o quebraderos de cabeza.
Lo suelo preparar con él. A Inhar le gusta llevar el suyo, con el que habitualmente juega, y lo rellenamos con lo que y necesitamos para el viaje.
¿En qué consiste nuestro botiquín?
- Un botecito con Umeboshi, para alcalinizar el cuerpo, arreglar el sistema digestivo, fortalecer el cuerpo y subir defensas.
- Algún sobre de agar-agar, en caso de atasco intestinal. Por si alguien los primeros días se bloquea.
- Algunos aceites esenciales con propiedades maravillosas: como árbol de té: El árbol de té, que es un potente fungicida, la lavanda relaja, la citronela para ahuyentar los mosquitos o el clavo que funciona como calmante.
Os animo a preparar un pequeño botiquín. Os permitirá echar mano de él y evitar malos mayores de una forma sencilla y natural.